Vitoria 1969
Salones de Cultura de la Caja de Ahorros Municipal de Vitoria
Del 2 al 12 de Junio de 1969
Treinta y dos cuadros grises como treinta y dos novelas de Baroja
En los salones de Olaguibel, tras un pequeño "lápsus" de calidad en las exposiciones de pintura --lapsus que, a nuestro modo de ver, se ha extendido a todas las manifestaciones de la vida cotidiana-- hemos podido admirar de nuevo cuadros con gran sabor personal, con peculiaridades nuevas de un hombre nuevo en pintura, aunque maduro ya. Se trata de José Luis Herrero, con. 43 años en su piel y mucho menos en sus ojos, que saltan, buscando motivos. Estatura media, moreno, muy serlo en apariencia, José Luis, no nos ha querido explicar el secreto de ¿lo que él llama. "FIomaster", una especie de carbón, pero que...
—No, no es carbón. Es "Flomaster". El tomo gris oscuro favorece los paisajes del Norte; imita sus sombras, su severidad, su majestad...
32 Flomaster
No hace falta que jure el autor que está enamorado de los paisajes vascos La mayor parte de sus motivos son vistas de estas localidades. Y. sobre todo, de Vitoria. Un buen porcentaje de sus cuadros es de Vitoria. Cantones, Iglesias, todo lo que tenga algo de piedra antigua de antigua Gasteiz amurallada.
—¿Su primera exposición?
—No. Ya hte expuesto en otras localidades. Entre ellas, Madrid, Segovia, Marbella, Bilbao... En esta última tuve mucho éxito, un éxito que reflejó además toda la Prensa local.
Esa Prensa —nos lo explicamos— curiosa siempre que encuentra algo diferente, picó el mismo anzuelo que hemos mordido hoy nosotros.
—¿Cuando comentó a pintar?
-- En realidad siempre había estado muy ligado al arte. Tengo la exclusiva de exposición y venta de todos los Paradores de Información y turismo del Norte. Pero mi profesionalización como pintor data de hace apenas cinco años. Hasta entonces solo había sido afición. Pero tuve un accidente de automovil del que salí mal parado en una pierna.
Aún le duran —le observamos— las consecuencias del accidente al que alude. Tiene, efectivamente, dificultades para mover correctamente una pierna. Desde entonces la pintura para él fue la profesión más indicada.
—Sus cuadros también son serios --significamos.
—Ríe. poco.
-–Soy como los paisajes que pinto: severo. Como las piedras centenarias.
—Duro.
—Y feliz, aunque, por regla general, no lo exteriorice. ¿Sabe lo que le digo? Que me vino bien el accidente. He encontrado aquí el verdadero camino. A mi me hacia falta ser, sedentario a la fuerza para dedicarme a la pintura.
En la sala de exposiciones, treinta y das cuadros grises, como treinta y dos noveles de Baroja, profundos, como versos dé. cualquier poeta vasco que se llame Unamuno o Blas de Otero.
J. ATIENZA "Gaceta del Norte" (04-06-1969)
Catálogo Exposición
Aparición en medios
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