Del 15 al 31 de Marzo de 1991

La Maragatería en Flomaster

... Había oído hablar muchas veces de José Luis Herrero, de sus cuadros, Herrero es un astorgano por adopción y porque lodos los astorganos lo quieren como a uno más. Las razones para ello son de peso. Al fin lo conocí, y he comprendido, el porqué de ser mentado en todas las conversaciones de pintura; al fin comprendí por que en Astorga se le admira y se le quiere tanto. Porque, entre otras razones él, quiere y admira a La Maragatería y a Astorga. Hace unos días una sala del Instituto albergó una veintena de sus cuadros. Su exposición la visite media docena de veces Y cada vez mas empapado de pintura salía, más comprendía a ese hombre de Ávila, y más le admiraba. Allí comprendí por qué los astorganos y maragatos le quieren como a una cosa suya. Porque lleva en su alma profunda. teresiana, de tierra de Santos y cantos» incrustada un trozo de secarral maragato

No es necesario recorrer los tranquetes y polvorientos caminos de Maragatería, para saber cómo es la región. No es necesario pisar las retorcidas, pedregosas y estrechas calles de cualquier pueblo para reconocerlo en su totalidad. La diáfana luz del verano maragato, puede verse viviendo en cualquier parte del mundo, Solamente hay que ver unos cuadros de Herrero y charlas con él, diez minutos, dos horas o dos días; él seguirá par tiempo indefinido hablando entusiasmado de nuestra región corno un niño con juguete nuevo.

21 Óleos

11 Plumillas

7 Flomaster

Sobrio en sus palabras. Amplio en sus apreciaciones, te lleva en su entusiasmada y amena conversación a los insólitos rincones de Morales o Castrillo. Con sus cuadros te transporta al jacobeo Rabanal, captando magistralmente el espíritu medieval y peregrino que en sus calles permanece. Herrero, corno Teresa de Jesús, corno Juan de la Cruz, ha recorrido los tortuosos caminos maragatos. Se ha impregnado de polvo, ha visto sus pueblos ha sido deslumbrado por el candente sol que, hace brotar fuego del suelo y, todo ello lo ha plasmado en sus cuadros. ¡Qué delicia ver su exposición! Se podía pasar un verano feliz bajo aquel carro, adosado, yerto, cerca de la tapia, cayéndose el sol a plomo. La sombra que proyectan las "pernillas" sobre la pared es real, tangible.

De esos cuadros se puede sacar una antología del carro maragato. Alargados, estirados en su caja como buscando ansiosos el camino del corral. Parecidos a grandes reptiles que se arrastran chirriantes por el páramo en busca de una sombra protectora. Con su corta y maciza lanza a la que se adosan dos raquíticas y aún mas cortas vacas que penosamente tirarían hacia el poblado.

Los carros (me dice José Luis) también, pudiera decirse, su humanidad, distinta en cada región. Tienen su ideosincrasia. Tienen su personalidad. Los de Asturias y Galicia, son macizos, con ruedas bajas; los de Castilla son más esbeltos, y los de Maragatería son el cúlmen de los carros. Tienen la mas bella personalidad. Por esa atracción que sobre mi ejercen los ves en muchos de los cuadros

José Luis Herrero habla y habla de Maragatería incansable; de sus paisajes insólitos, casi lunáticos. Se entusiasma ante un Corral de techado de paja. Y él, te sumerge con su conversación en la Maragatería, te hace amarla aunque nunca la hayas visto. Su exposición fue un rotundo éxito, porque supo captar con la técnica del fiomaster, la belleza sobria, arisca de nuestra región. La luminosidad do cielo maragato, los rincones de nuestra región. sus casas, sus carros y sus calles han quedado fielmente plasmadas en los cuadros de Herrero.

Serán el día de mañana todo documento histórico-geográfico.

Ahora comprendo por qué en Astorga se le quiere tanto y se le admira. Ahora también le admiro y le deseo éxitos.

MARTIN MARTINEZ.

"Diario de León" (12-09-1970)