Del 24 de Octubre al 8 de Noviembre de 1987

José Luis Herrero, un pintor de gran precisión realista.

A veces gusta mas leer que interpretar un cuadro, no porque lo segundo sea, en general, más difícil que lo primero, sino porque en la interpretación el elemento subjetivo es un condicionamiento crítico, en muchas ocasiones, perturbador. La pintura, por ejemplo, no puede transmitir un mensaje ideológico, aunque le sugiera. Antonio Saura ha reconocido públicamente que, cuando la pintura le limita el mensaje, no tiene otra salida que ponerse a escribir. La interpretación de un cuadro complejo en el que se alíen, la historia, la mitología y no digamos lo abstracto, se presta a muchos subjetivismos y a otra tanta confusión.

Creo, modestamente, que la pintura de José Luis Herrero responde al famoso postulado courbetiano "la pintura es un arte esencialmente concreto que representan cosas reales y existentes". En algunos de sus cuadros hay incluso en el título —una pincelada poética o un punto de misterio, ensueño o fantasía pero el denominador común de todos ellos es la precisión realista. En este sentido, no parece que a José Luis Herrero, le preocupe mucho la "batalla de los estilos".En su día, se fijó una línea y la ha mantenido a lo largo de toda su trayectoria artística.

Su impronta tradicionalista, no supone, empero, una identificación con el simple formalismo o con la rigidez neoclásica, dieciochesca.

19 Óleos

11 Plumillas

11 Flomaster

5 Apuntes

3 Pastel

4 Abaanicos

 Me parece que está más en la línea de un Delacroix que, sin oponerse abiertamente a la realidad cambiante, en ningún momento renuncia a los principios clásicos. En Velázquez, El Greco o Goya hay siempre una gran fidelidad a sus modelos, independientemente de ser tres pintores muy distintos en el enfoque y en la realización Incluso al alemán Friedrich, al que se le acusa, en principio, de ser superficialmente tradicional, se le acaba reconociendo un gran refinamiento teñido de una dulce melancolía.

En su temática hay también una consecuencia y una influencia personal definitoria. Pone un especial esmero en los temas locales, desde el cuadro "Catedral" hasta "Paseo del Rastro" pasando por "Nieve en el Arco de San Vicente", pero se abre en un universal localismo en "Plaza Mayor de Salamanca", 'Universidad de Salamanca", "Panorámica de Verona" o "Plaza de San Marcos", de Venecia. Incluso la figura humana, aunque aparece un tanto desvaída e insinuante, es más bien el contrapunto del protagonismo paisajístico, urbano o rural, de la mayoría de sus cuadros.

Su influencia personal no mediatiza, pero, igualmente, imprime carácter a su expresividad plástica. Los estados cambiantes de la naturaleza están marcados por su emoción humana. Una emoción que el artista traslada al cuadro y que subyace en él, dando a la realidad representada, tanto la luz y el tono cambiantes, como su propio marchamo personal. "EL Rastro en otoñó", "Reflejos en el Adaja" o "invierno", creo, que son buenas muestras de ello.

Omito la técnica no porque la considere excesivamente secundaria, sino porque es muy conocida en este pintor y porque lo que verdaderamente impacta de sus cuadros es el trazo firme, seguro y sereno del dibujo. En la pintura de José Luis Herrero hay, ante todo, una cimentación dibujística que es la que, en verdad, le permite realizar toda su expresividad estética.

En esta ocasión, la pintura de José Luis Herrero, me ha sugerido estos tres rasgos, el interpretativo, el temático y el expresivo. Creo que los tres afianzan, si cabe, su personalidad artística, ya mas que consagrada.

ALFONSO SOTO BARDERAS

"Diario de Ávila" (05-11-1987)